Nos reuniriamos unas 200 personas, así a ojo de mal cubero, entre pensionistas, conocidos de los coles, antiguos contestatarios hoy en día recorvertidos en sufridos padres y madres, y algún chaval despistao que hiba a su primera manifa. ¿Os acordáis aún, cuando vosotros/as mismos, fuistéis a vuestra primera concentración de protesta? Si la respuesta es no, o empazáis a sufrir de alzheimer o nunca habéis sido jovenes.
Terminamos en la plaza de la Memoria Historica intentándo no pisar ninguna de esas minas que van dejando abandonadas los dueños de los perros, aunque hubo algunos heridos que hiban dejando el oloroso rastro. Y después del consiguiente manifiesto y canto, del que esperamos sea el próximo himno de Aragón, el Canto a la Libertad de J.A.Labordeta, muy bien interpretado por un servidor -declaro-, unos/as pocos nos fuimos al Kike Mur, para revisárles las provisiones de cerveza. Tenéis que saber, que en Tringoleta, en este aspecto, les llevamos ventaja tanto en cantidad, como en calidad.
by Cepe