Esta vez nos vamos cerca de Zaragoza, en plenos Monegros y con Leciñena esperándonos. La mañana ha salido un poco fresquita, pero el sol empieza a templar el ambiente, quedamos en la iglesia del pueblo, además hay un gran tobogán donde nuestros niños empiezan a calentar músculos. Damos una pequeña vuelta por el pueblo e iniciamos ruta con las mochilas a cuestas, donde llevamos las viandas, cruzamos la vía principal y leemos un cartel "al Santuario", dejamos a la derecha una antigua balsa que recogía el agua de lluvia y ahora es un bonito parque con arbolado muy repoblado, que plantaron las gentes de Leciñena.
Vamos tranquilamente tomando altura y recogiendo algunas piedras de alabastro que destacan por su color blanco, algunos se rezagan entretenidos en ver por los prismáticos el paisaje estepario, cerca vemos a un pastor con una cincuentena de ovejas que pastan felices. El camino es suave en subida continua, vemos y olemos los romeros, el tomillo y otras aromáticas, ya estamos coronando y miramos hacia abajo y divisamos el pueblo donde destaca el magnifico edificio de la iglesia.
Como vamos en "peregrinación", nos acercamos a los restos de una ermita, donde solo hay dos paredes. El Santuario esta ya cerca, paso a paso llegamos y que vemos, a los pekes subiendo por un terraplén, no una sino varias veces, incansables al desaliento!!!
Ya casi es hora de comer, así que subimos a la planta llamada Cereros y después de colocar mesas y sillas, pasamos a dar a la mandíbula, pues tenemos una gana que no veas, además el esfuerzo de estos dos kms andando han sido "durillos".
Los típicos manjares fueron cayendo uno tras otro, para rematar con pastelería de la zona, hay una panadería ecológica llamada Eco-Monegros donde compramos este dulce. Los pekes como no se cansan querían marcha, jugaron con una pelota de playa, recibieron una clase "magistral" del profe David, mientras nosotros aprovechamos para visitar la iglesia y admirar unos graffitis en las paredes de la sala, con fechas del siglo XV.
Aún nos quedo tiempo para visitar otra ermita cerca del santuario y nos acercamos casi todos, hicimos varias poses para el fotógrafo oficial que no perdía ningún detalle, estando al filo de la noticia, como debe ser para un reportero que se precie.
El regreso fue un poco más rapidillo y volviendo sobre las 6 de la tarde, nos dio tiempo para despedirnos, darnos unos abrazos y pensar en la próxima excursión, que a buen seguro será tan fantástica como esta.
Mucha salud, Ramoné
Alguien (Andrés mismo ;-) ) puede facilitar esas fotos? La de las barrigas al aire merece ser ampliada y expuesta en el local.
ResponderEliminarGente disfrutando de un día de poco cierzo en un peñasco de Leciñena es una buena definición de lo que es Tringoleta.
La de Pili y Belén comiendo huevos fritos en la fiesta del AMPA, ¿la podemos hacer en pegatina transparencia gigante para poner en los cristales de la fachada?
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